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  Depresión
 

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Depresión 
 

La depresión es un trastorno médico serio que afecta el organismo, el estado de ánimo y los pensamientos. Afecta la manera de comer y dormir, la percepción que uno tiene de sí mismo y la manera de pensar. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un sentimiento de decaimiento pasajero. No es una señal de debilidad personal ni una afección que puede desaparecer con sólo desearlo. Las personas que tienen depresión no mejoran por sí solas. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. Sin embargo, con un tratamiento apropiado, que generalmente incluye medicamentos y/o psicoterapia a corto plazo, la mayoría de personas que sufren de depresión mejoran.

“Recuerdo que al comienzo perdí el interés en casi todo lo que me gustaba hacer. Ya no quería hacer nada. Quería rendirme. Algunas veces no quería ni levantarme de la cama”.

Cualquier persona puede sufrir depresión, sin importar su edad, grupo étnico, estado socioeconómico o género; sin embargo, los estudios de investigación en gran escala han descubierto que el doble de mujeres sufren de depresión con respecto a la cantidad de hombres afectados por esta enfermedad. No obstante, no está claro el porqué la depresion afecta de manera desigual a los hombres y a las mujeres. Por ejemplo, ¿es la depresión realmente menos común entre los hombres, o realmente se trata de que los hombres reconocen y obtienen ayuda para la depresión con menos frecuencia?

 Tipos de depresión

 La depresión se presenta en varias formas, al igual que otras enfermedades, como las enfermedades cardíacas. aquí se describe tres tipos comunes de trastornos depresivos. Dentro de estos tipos hay variaciones en el número de síntomas, su severidad y persistencia.

La depresión mayor (o trastorno depresivo mayor) se manifiesta con una combinación de síntomas (vea la lista de síntomas a continuación) que interfieren con la capacidad de trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de las actividades que antes eran placenteras. Un episodio depresivo mayor puede ocurrir una sola vez, pero con frecuencia ocurren varios episodios durante el transcurso de la vida. En el caso de depresión mayor crónica, es posible que la persona afectada necesite continuar con el tratamiento indefinidamente.

Un tipo menos severo de depresión, la distimia (o trastorno distímico), se manifiesta con síntomas duraderos que no incapacitan seriamente, pero impiden que la persona afectada funcione bien o se sienta bien. Muchas personas con distimia también sufren episodios depresivos mayores en algunas etapas de la vida.

Otro tipo de enfermedad depresiva es el trastorno bipolar (o trastorno maníaco-depresivo). El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: estados de euforia (manía) y de decaimiento (depresión) severos, a menudo con períodos de estado de ánimo normal entre éstos. Algunas veces los cambios en el estado de ánimo son drásticos y rápidos, pero generalmente son graduales. Una persona, cuando está en el ciclo depresivo, puede tener uno o todos los síntomas de depresión. En el ciclo de manía, la persona puede presentar síntomas de hiperactividad, hablar demasiado y tener mucha energía. La manía generalmente afecta el pensamiento, el criterio y el comportamiento social en maneras que causan problemas graves y vergüenza. Por ejemplo, una persona en la fase de manía puede sentirse entusiasmada, llena de grandes proyectos que pueden incluir desde decisiones de negocio imprudentes hasta escapadas románticas y relaciones sexuales riesgosas. La manía, si no se trata, puede empeorar y convertirse en un estado psicótico.

Los síntomas de depresión y manía

No todas las personas que sufren depresión o manía manifiestan todos los síntomas. Algunos tienen pocos síntomas, mientras que otros pueden tener muchos. La severidad de los síntomas varía de una persona a otra y también puede variar con el transcurso del tiempo.

La depresión

·                 Persistente tristeza, ansiedad o sentirse “vacío”

·                 Sentimientos de desesperación, pesimismo

·                 Sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia

·                 Pérdida de interés o aplacer en pasatiempos favoritos y actividades que antes disfrutaba, incluyendo las relaciones sexuales

·                 Falta de energía, fatiga, sensación de letargo, dejadez o flojera

·                 Dificultad para concentrarse y tomar decisiones, mala memoria

·                 Problemas de sueño, se despierta muy temprano en la mañana, o duerme demasiado

·                 Cambios en el apetito y/o peso

·                 Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio

·                 Inquietud, irritabilidad

·                 Síntomas físicos persistentes tales como dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolores crónicos que no responden a tratamientos de rutina

“Uno no tiene interés en pensar en el futuro porque siente que no hay futuro”.

“No sentía que había descansado. Siempre estaba cansado. Podía dormir de una hora hasta ocho horas y siempre me sentía cansado”.

La manía

·                 Exaltación anormal o excesiva

·                 Irritabilidad inusual

·                 Menos necesidad de dormir

·                 Ideas de grandiosidad

·                 Aumento en el hablar

·                 Pensamientos acelerados

·                 Mayor deseo sexual

·                 Energía considerablemente mayor

·                 Falta de criterio

·                 Comportamiento social inapropiado

 

La ocurrencia de la depresión simultáneamente con otras enfermedades

 La depresión puede presentarse junta con otras enfermedades. En tales casos, es importante diagnosticar y tratar tanto la depresión como las otras enfermedades.

Investigaciones han demostrado que los trastornos de ansiedad, que incluyen trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de pánico, fobia social y trastorno de ansiedad generalizada, se manifiestan frecuentemente junto con la depresión. La depresión se presenta con frecuencia en personas que sufren de trastorno de estrés postraumático, una enfermedad debilitante que puede ocurrir después de una experiencia aterradora en la que ocurrió un daño físico grave o hubo una grave amenaza. Los eventos traumáticos que pueden causar la manifestación del trastorno de estrés postraumático incluyen ataques violentos, tales como violación sexual o robo violento, desastres naturales, accidentes, terrorismo.
 
Los síntomas postraumáticos incluyen el volver a experimentar el evento traumático a través de recuerdos con imágenes muy vívidos y pesadillas; aturdimiento emocional, perturbaciones del sueño; irritabilidad; explosiones de cólera; sentimiento intenso de culpa; y evitar recuerdos o pensamientos del evento traumático. En un estudio patrocinado por NIMH, más del 40 por ciento de las personas con trastorno de estrés postraumático también tenían depresión cuando se les evaluó uno a cuatro meses después del trauma occurrido.

El uso de sustancias tóxicas (abuso o dependencia) con frecuencia también se presenta junto con los trastornos depresivos. Estudios de investigación han revelado que las personas que sufren de alcoholismo tienen una propensidad doble a la de las personas no alcohólicas para sufrir depresión mayor. Además, más de la mitad de las personas que sufren de trastorno bipolar tipo I (con manía severa) recurren también al uso de sustancias tóxicas, como el alcohol y las drogas.

La depresión se encuentra en mayor proporción en personas que sufren de otras enfermedades graves como las enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, cáncer, VIH, diabetes y la enfermedad de Parkinson. Algunas veces los síntomas de la depresión se confunden con los síntomas de estas otras enfermedades. Sin embargo, estudios de investigación han demostrado que la depresión, cuando se presenta junto con otras enfermedades, puede y debe ser tratada, y en muchos casos tratar la depresión puede favorecer también el proceso de recuperación de las otras enfermedades.

Las causas de la depresión

Las investigaciones científicas del sistema nervioso, genéticas y clínicas han demostrado de manera contundente que los trastornos depresivos son trastornos cerebrales. Las causas exactas siguen siendo motivo de intensa investigación.

Las modernas tecnologías de imágenes cerebrales revelan que en la depresión, los circuitos neurales responsables de la regulación del estado de ánimo, los pensamientos, el sueño, el apetito y el comportamiento dejan de funcionar correctamente y que los neurotransmisores críticos—sustancias químicas usadas por las células nerviosas para comunicarse—están desbalanceados. La investigación genética indica que el riesgo de depresión es el resultado de la influencia de múltiples genes que actúan en combinación con el medio ambiente y otros factores no genéticos.

Con frecuencia, una combinación de factores genéticos, cognoscitivos y ambientales causan la manifestación de un trastorno depresivo.10 Un evento traumático, la pérdida de un ser querido, una relación personal dificultosa, un problema financiero o cualquier cambio estresante en el patrón de vida, independientemente de que el cambio sea deseado o no deseado, puede provocar un episodio depresivo en las personas vulnerables.  Los episodios posteriores de depresión pueden ocurrir sin una causa obvia.

En algunas familias, los trastornos depresivos parecen manifestarse generación tras generación; sin embargo, también pueden ocurrir en personas que no tienen un historial familiar de estas enfermedades. Los trastornos depresivos, ya sean heredados o no, están asociados con cambios en las estructuras cerebrales o en la función cerebral, los cuales pueden verse usando las modernas tecnologías de reproducción de imágenes cerebrales.

Los hombres y la depresión

 Investigaciones y hallazgos clínicos revelan que tanto los hombres como las mujeres pueden desarrollar los síntomas típicos de la depresión.  Sin embargo, a menudo los hombres y las mujeres sienten la depresión de manera diferente y pueden enfrentar los síntomas de formas diferentes.

Los hombres generalmente se quejan de fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en el trabajo o pasatiempos favoritos y problemas de sueño, y no se quejan tanto de otros síntomas como sentimientos de tristeza, falta de auto estima y culpabilidad excesiva. Algunos investigadores cuestionan si la definición estándar de la depresión, y las pruebas de diagnóstico basadas en ésta, representan adecuadamente la enfermedad tal como se presenta en los hombres.

“Solía beber para no sentir nada. Lo que quería era no sentir nada. Estoy hablando de tomar muchas cervezas para poder desconectar el cerebro, pero al despertar al día siguiente uno se da cuenta de que todo continúa igual. Uno tiene que enfrentar el problema, éste no va a desaparecer por sí solo. No se trata de una película de dos horas en la que aparece “Fin”. Se trata de una película que dura veinticuatro horas al día y uno piensa que no acaba nunca. Es horrible”.

  Los hombres tienden a reportar más que las mujeres el abuso de alcohol y drogas o dependencia en el transcurso de sus vidas.Sin embargo, existe debate entre los investigadores respecto a si el uso de sustancias tóxicas, es un “síntoma” de depresión subyacente en los hombres o es un trastorno que ocurre conjuntamente y se desarrolla con mayor frecuencia en ellos. No obstante, el uso de sustancias tóxicas puede ocultar la depresión, haciendo que sea más difícil reconocerla como una enfermedad separada que necesita tratamiento.

En lugar de reconocer sus síntomas, pedir ayuda o solicitar el tratamiento apropiado, los hombres pueden recurrir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, fustrados, desanimados, enojados, irritados y algunas veces violentamente abusivos. Algunos hombres enfrentan la depresión dedicándose de manera compulsiva a su trabajo, tratando de ocultar la depresión a sí mismos, la familia y los amigos; otros hombres pueden responder a la depresión mostrando comportamiento temerario, es decir arriesgándose y poniéndose en situaciones peligrosas.


“Cuando me sentía deprimido, ponía mi vida en situaciones de peligro. No me importaba la manera en que conducía el auto, no me importaba cruzar la calle con cuidado, no me importaba caminar por lugares peligrosos de la ciudad. No me afectaban las advertencias de ningún tipo respecto a viajes o lugares de destino. No me importaba nada. No me importaba vivir o morir así que hacía lo que quería y cuando quería. Y cuando uno se arriesga de esa manera, las probabilidades de morir son mayores”.


la muerte por suicidio es cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres, aunque las mujeres tienden a tener más intentos de suicidio que los hombres, cuando se considera el número promedio de intentos por vida. Además del hecho de que los métodos que usan los hombres para intentar suicidarse son generalmente más letales que los que usan las mujeres, es posible que hayan otros factores que protegen a las mujeres contra la muerte por suicidio. Estudios de investigación indican que el suicidio se asocia con la depresión con frecuencia. Por lo tanto, el alarmante índice de suicidio en los hombres puede reflejar el hecho de que los hombres solicitan tratamiento para la depresión con mucha menos frecuencia. Muchos hombres con depresión no obtienen el diagnóstico y tratamiento adecuados. En muchos casos, dicho tratamiento podría salvarles la vida.

Se necesita hacer más investigaciones para entender todos los aspectos de la depresión en el hombre, incluyendo cómo el hombre responde al estrés y a los sentimientos asociados con la depresión. También es importante saber más acerca de qué hacer para que los hombres con depresión se sientan más cómodos reconociendo estos sentimientos y obtegan la ayuda necesaria. Es necesario investigar cuáles son los métodos más efectivos para entrenar a los médicos para que sepan reconocer y tratar mejor la depresión en los hombres.

Los familiares, los amigos y los consejeros que brindan asistencia a los empleados en el lugar de empleo también pueden desempeñar un papel importante en el reconocimiento de síntomas depresivos en los hombres y ayudarles a obtener tratamiento.

La depresión en hombres de edad avanzada

El hombre enfrenta estrés de diferentes tipos a medida que va envejeciendo. Si ha sido el sustento económico principal de la familia y se ha identificado mucho con su trabajo, puede sentir estrés al retirarse de su profesión. Esta pérdida de una función importante, lleva a una disminución de autoestima, lo cual puede causar depresión. De igual manera, la pérdida de amigos y familiares y la aparición de otros problemas de salud puede causar depresión. Sin embargo, la mayoría de personas de edad avanzada se sienten satisfechas con su vida y no es “normal” tener depresión.
 
La depresión es una enfermedad que puede tratarse de manera eficaz, reduciendo de esta manera el sufrimiento innecesario, aumentando las probabilidades de recuperación de otras enfermedades y prolongando la vida productiva.

Es posible que profesionales del cuidado médico no detecten síntomas depresivos en pacientes de edad avanzada, porque éstos generalmente no quieren hablar de sus sentimientos de desesperanza, tristeza, pérdida de interés en actividades normalmente gratas, o de pena prolongada después de la pérdida de un ser querido, y principalmente se quejan de síntomas físicos.
Además, puede ser difícil reconocer un trastorno depresivo en pacientes que presentan otras enfermedades, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales o cáncer, las cuales por sí mismas pueden causar síntomas depresivos, o pueden ser tratadas con medicamentos que tienen efectos secundarios parecidos a los síntomas de la depresión. Si se diagnostica un trastorno depresivo, un tratamiento con medicamentos apropiados y/o psicoterapia breve puede ayudar a los adultos de edad avanzada a controlar ambas enfermedades aumentando las probabilidades de supervivencia y la calidad de vida.


“Cuando uno se enferma y la depresión va empeorando, se pierde perspectiva. Los sucesos diarios se vuelven más irritantes, uno se frustra más tratando de hacer las cosas. Uno se siente más enojado, más triste. Todo se magnifica de una manera anormal”.

El índice de casos de suicidio entre las personas de edad avanzada acentúa la importancia de identificar y tratar la depresión en este grupo de la población. Existe la percepción común de que el índice de suicidio es más alto entre los jóvenes; sin embargo, el índice más alto se encuentra entre adultos de edad avanzada, especialmente hombres. Más del 70 por ciento de las víctimas de suicidio de edad avanzada tienen una consulta con su médico de atención primaria en el mes de su muerte, muchos con un trastorno depresivo no detectado. Esto ha llevado a realizar labores de investigación para determinar cómo mejorar la capacidad de los médicos para detectar y tratar la depresión en adultos de edad avanzada.

Aproximadamente el 80 por ciento de los adultos de edad avanzada que sufren de depresión mejoran cuando reciben tratamiento con medicamentos antidepresivos, psicoterapia o una combinación de ambos.Además, los estudios de investigación han demostrado que una combinación de psicoterapia y medicamentos antidepresivos es altamente eficaz para reducir la recurrencia de episodios de depresión entre adultos de edad avanzada.
 
Está demostrado que la psicoterapia sola prolonga los períodos de buena salud sin depresión y es especialmente útil para pacientes de edad avanzada que no pueden o no desean recibir medicación.
 
Un mejor reconocimiento y un tratamiento más eficaz de la depresión durante la etapa de edad avanzada hará que esos años sean más placenteros y satisfactorios para la persona que sufre de depresión, sus familiares y las personas encargadas de su atención.

La depresión en niños y adolescentes de sexo masculino

La depresión en los niños y adolescentes se ha considerado seriamente recién en las dos últimas décadas. En un estudio de niños y adolescentes de 9 a 17 años patrocinado por el NIMH se calcula que la ocurrencia de trastornos depresivos es más del 6 por ciento en un período de 6 meses, con 4.9 por ciento de casos de depresión mayor.
Antes de la pubertad, los niños y las niñas tienen la misma probabilidad de desarrollar trastornos depresivos. Sin embargo, después de los 14 años, las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de sufrir depresión o distimia.
El riesgo de desarrollar trastorno bipolar es aproximadamente igual para los hombres o mujeres durante la adolescencia y adultez.

Estudios de investigación han revelado que la depresión se está manifestando más temprano en la vida que en décadas pasadas.
Además, investigaciones han demostrado que cuando la depresión ocurre temprano, a menudo persiste, recurre y continúa durante la adultez, y que la depresión en la juventud también puede predecir un trastorno más severo durante la vida adulta.
 
La depresión en las personas jóvenes con frecuencia ocurre conjuntamente con otros trastornos mentales, generalmente ansiedad, comportamiento contraproducente o abuso de sustancias tóxicas, así como con otras enfermedades serias tales como diabetes.
Un niño de corta edad con depresión puede decir que está enfermo, rehusarse a ir a la escuela, aferrarse al padre o a la madre, o preocuparse por la muerte de ellos. Un niño de más edad con depresión puede parecer resentido, meterse en problemas en la escuela, ser negativo, estar malhumorado y sentirse mal entendido.

Tanto en los niños como en los adolescentes, los trastornos depresivos conllevan un mayor riesgo de contraer enfermedades y tener dificultades interpersonales y psicosociales que pueden persistir mucho después que se haya resuelto el episodio depresivo; en los adolescentes también existe un mayor riesgo de abuso de sustancias de addicción y comportamiento suicida.
 
Desafortunadamente, estos trastornos muchas veces no son reconocidos por las familias ni por los médicos. Los síntomas de trastornos depresivos en las personas jóvenes a menudo se consideran cambios normales del estado de ánimo típicos de una etapa particular del desarrollo. Además, profesionales del cuidado médico pueden resistirse a “clasificar” prematuramente a una persona joven con un diagnóstico de enfermedad mental. Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento temprano de los trastornos depresivos es esencial para un desarrollo saludable emocional, social, y del comportamiento.

Aunque la literatura científica sobre el tratamiento de niños y adolescentes con depresión es menos extensa que la de los adultos, diversos estudios recientes han confirmado la seguridad y eficacia a corto plazo de los tratamientos para la depresión en los jóvenes. Se están llevando a cabo extensos estudios para determinar qué tratamiento funciona mejor para cuáles niños y jóvenes.
 
Se necesita realizar investigaciones adicionales sobre cómo incorporar mejor estos tratamientos en la práctica de atención médica primaria.

El trastorno bipolar, aunque raramente se presenta en niños de corta edad, puede manifestarse tanto en niños como en adolescentes.
 
Los cambios inusuales en el estado de ánimo, en el nivel de energía y en el funcionamiento característicos del trastorno bipolar pueden comenzar con síntomas maníacos, depresivos o una combinación de ambos. Las personas cuyos padres han sufrido de trastorno bipolar tienen un riesgo elevado de sufrirlo. Veinte al cuarenta por ciento de los adolescentes que sufren de depresión mayor presentan trastorno bipolar en el lapso de cinco años después de que aparece la depresión.

La depresión en niños y adolescentes está asociada con un mayor riesgo de comportamientos suicidas.29,36 Este riesgo puede aumentar, particularmente en adolescentes masculinos, si la depresión está acompañada por trastornos de conducta y abuso de alcohol u otras sustancias de abuso.37 En el año 2000, el suicidio fue la tercera causa de muerte entre hombres jóvenes de 10 a 24 años.
 
Los investigadores patrocinados por el NIMH hallaron que en los adolescentes que desarrollan un trastorno depresivo mayor, hasta el siete por ciento pueden morir por suicidio en los primeros años de la adultez. Por lo tanto, es importante que los médicos y los padres tomen en serio cualquier comentario referente al suicidio.


Los investigadores del NIMH están desarrollando y probando varios métodos de intervención para evitar el suicidio en niños y adolescentes. Diagnóstico y tratamiento temprano, evaluación precisa del pensamiento suicida y limitar el acceso de los jóvenes a agentes letales, tales como armas de fuego y medicamentos, pueden ser las mejores medidas de prevención del suicidio.

El suicidio...

 Uno llega al punto de considerar el suicidio porque vivir se convierte en algo muy doloroso. Uno busca una salida, una manera de eliminar este  dolor . Recuerdo que nunca traté realmente de cometer suicidio, pero no estuve lejos de hacerlo porque acostumbraba jugar a ser “torero” entre los autos, casi esperando ser atropellado”.

  

Algunas veces la depresión puede causar que las personas deseen ponerse en peligro o incluso matarse. Aunque la mayoría de personas que sufren depresión no mueren por suicidio, tener depresión aumenta el riesgo de suicidio comparado con las personas que no tienen depresión.

La evaluación diagnóstica y el tratamiento..

 “Uno tiende a simplemente esperar a que las cosas mejoren. Prefiere no ir al psicólogo. Uno no quiere admitir que realmente se siente muy mal”.

  

El primer paso para obtener el tratamiento apropiado para la depresión es someterse a un examen  por un profesional especializado.

Algunos medicamentos, al igual que algunas enfermedades médicas tales como infección viral, trastorno de la glándula tiroides o un bajo nivel de testosterona pueden causar los mismos síntomas que la depresión, y el médico debe descartar estas posibilidades mediante un examen, una entrevista y análisis de laboratorio.
 
Si estas posibilidades se descartan como causa de los síntomas depresivos,  un profesional de la salud mental debe realizar una evaluación psicológica para determinar si se trata de depresión.

Una buena evaluación diagnóstica incluirá un historial completo de los síntomas, por ejemplo, cuándo comenzaron, cuánto duraron, cuál fue la severidad, si el paciente los tuvo anteriormente y, en ese caso, si los síntomas fueron tratados y cuál fue el tratamiento administrado.

El Psicólogo debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además el historial debe incluir preguntas acerca de si otros miembros de la familia han sufrido trastornos depresivos y, si fueron tratados, qué tratamiento recibieron y si éstos fueron eficaces.
 
Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si el habla, los patrones de pensamiento o la memoria han sido afectados, como algunas veces sucede en personas que sufren de trastornos depresivos.


El tipo de tratamiento dependerá del diagnóstico, la severidad de los síntomas y la preferencia del paciente. Se ha comprobado que una variedad de tratamientos, inclusive medicamentos y psicoterapias a corto plazo (por ejemplo, terapias de diálogo o plática) son eficaces para combatir los trastornos depresivos. En general, los trastornos depresivos severos, especialmente los que son recurrentes, requerirán una combinación de tratamientos para obtener el mejor resultado.

 

Los efectos secundarios más comunes de los nuevos antidepresivos (SSRI y otros) son:

·                 Dolores de cabeza — .

·                 Náusea — también es temporal, pero aun cuando ocurre, es transitoria después de cada dosis.

·                 Nerviosismo e insomnio (problemas para conciliar el sueño o despertarse a menudo durante la noche) — pueden ocurrir durante las primeras semanas; generalmente se resuelven con el transcurso del tiempo o reduciendo la dosis.

·                 Agitación (inquietud) — si sucede por primera vez después de tomar el medicamento y no desaparece rápidamente, debe notificarse al médico.

·                 Problemas sexuales — este tipo de problema debe informarse al médico si es persistente o preocupante. Aunque la depresión puede disminuir el libido y afectar el comportamiento sexual, se ha establecido claramente que los SSRI y otros antidepresivos altamente serotonérgicos (por ejemplo, la clomipramina antidepresiva tricíclica) provocan nueva disfunción sexual dependiendo de la dosis, independientemente de su actividad terapéutica tanto en hombres como en mujeres. Estos efectos secundarios pueden afectar a más de la mitad de adultos que toman SSRI. En los hombres, los problemas comunes incluyen menor impulso sexual, problemas de erección y eyaculación retardada.

En algunos casos de disfunción sexual, los síntomas mejoran con el desarrollo de tolerancia o bajando la dosis del medicamento. Suspender temporalmente el medicamento antes de la actividad sexual puede funcionar para algunos pacientes que toman SSRI de acción breve, pero no en el caso de la fluoxetina (Prozac®). La información que describe las diferencias entre los SSRI es limitada, y no hay datos que muestren beneficios clínicos con respecto a la disfunción sexual como resultado de cambiar medicamentos dentro de esta categoría. Si es necesario cambiar a otro antidepresivo, debe usarse uno de tipo diferente; la anfebutamona (Wellbutrin®), la mirtazapina (Remeron®), la nefazodona (Serzone®) y la venlafaxina (Effexor®) parecen ser buenas opciones cuando se trata de estos efectos secundarios. Guiados por un número limitado de estudios, algunos médicos que tratan a hombres con disfunción sexual asociada a los antidepresivos informaron mejoría con la adición de la anfebutamona (Wellbutrin®), la buspirona (BuSpar®) o la sildenafil (Viagra®)40 al tratamiento en curso. Asegúrese de conversar sobre las diversas opciones con su médico, ya que es posible que existan otras intervenciones que puedan ayudar.

Los antidepresivos tricíclicos tienen diferentes tipos de efectos secundarios:

·                 Boca seca — para aliviar este efecto secundario, beba sorbos de agua; mastique goma de mascar sin azúcar; cepíllese los dientes diariamente.

·                 Estreñimiento — incluya en su dieta cereales con un contenido alto de fibra como los cereales de salvado, ciruelas, fruta y vegetales.

·                 Problemas de la vejiga urinaria — vaciar la vejiga puede ser difícil y el flujo de orina puede ser más débil que lo normal; informe al médico si tiene una dificultad marcada o dolor; puede ser particularmente problemático en hombres de edad avanzada con trastorno de próstata dilatada.

·                 Problemas sexuales — el funcionamiento sexual puede cambiar; el hombre puede perder interés en las relaciones sexuales, tener dificultad para mantener la erección o para lograr el orgasmo. Si estos efectos secundarios causan preocupación, converse sobre ellos con el médico.

·                 Visión nublada — pasará pronto y generalmente no necesitará anteojos nuevos.

·                 Mareo — levántese de la cama o de la silla lentamente.

·                 Somnolencia durante el día — generalmente pasa pronto. Una persona que se siente adormecida o sedada no debe conducir un automóvil ni operar equipo pesado. Los antidepresivos con mayor efecto sedante generalmente se toman a la hora de acostarse para ayudar a dormir y reducir al mínimo la somnolencia durante el día.

 Las psicoterapias

Varias formas de psicoterapia, incluyendo terapias a corto plazo (10-20 semanas), pueden ayudar a las personas con trastornos depresivos. Dos tipos de psicoterapia a corto plazo que los estudios de investigación han demostrado ser eficaces para la depresión son la terapia cognoscitiva-de comportamiento (CBT por sus siglas en inglés) y la terapia interpersonal (IPT por sus siglas en inglés). La terapia cognoscitiva-de comportamiento ayuda a los pacientes a cambiar patrones negativos de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la depresión o son resultado de ésta. A través del intercambio verbal con el terapeuta y la asignación de “ejercicios” que se realizan en casa entre una sesión y otra, la terapia cognoscitiva-de comportamiento ayuda a los pacientes discernir y resolver problemas relacionados a su depresión.

Los terapeutas  ayudan a los pacientes a resolver relaciones personales problemáticas que pueden estar contribuyendo a la depresión o empeorándola.

Para muchos pacientes con depresión, especialmente aquellos que sufren depresión moderada a severa, una combinación de medicamentos antidepresivos y psicoterapia es el método de tratamiento preferido.


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“Uno comienza lentamente a tener estos pensamientos, ‘espera, quizás pueda superarlo. Quizás lo que me sucede no es tan malo’. Y uno piensa, ‘quizás puedo enfrentar las cosas por ahora’. Éstos pensamientos son débiles al comienzo, hasta que uno se da cuenta que el problema desapareció y luego uno dice, ‘gracias a Dios que ya no me siento triste’. Y luego, cuando finalmente el problema desapareció por completo me sentí feliz, comencé a hacer las cosas que acostumbraba hacer antes. Uno se siente feliz porque antes pensaba que el problema ‘nunca desaparecería.....’ ”.

 

Cómo la familia y los amigos pueden ayudar

Lo más importante que cualquier persona puede hacer por un hombre con depresión es ayudarle a que vaya donde un médico para obtener evaluación diagnóstica y tratamiento. Primero, trate de hablar con él acerca de la depresión, ayúdele a entender que la depresión es una enfermedad común en los hombres y no debe sentirse avergonzado. Quizás ayude compartir este folleto con él. Luego anímelo a consultar con un médico para determinar la causa de sus síntomas y obtener el tratamiento apropiado.

Quizás sea necesario que usted haga la cita con el Psicólogo y lo acompañe. Una vez que haya comenzado el tratamiento, puede seguir ayudando animándole a que continúe con el tratamiento hasta que los síntomas comiencen a desaparecer (varias semanas) o a obtener un tratamiento diferente si no ocurre una mejoría. Esto también puede incluir supervisar si toma los medicamentos recetados y/o si asiste a las sesiones de terapia. Anímelo a que sea honesto con el médico acerca del consumo de alcohol, drogas recreativas o medicamentos con receta, y a que siga las indicaciones del médico acerca del uso de estas sustancias mientras toma los medicamentos antidepresivos.

En segundo orden de importancia está el ofrecer apoyo emocional a la persona deprimida. Esto significa entenderlo, tener paciencia, demostrar afecto y alentarlo. Converse con él y escuche cuidadosamente. No menosprecie sus sentimientos pero señale la realidad y ofrezca esperanza. No ignore los comentarios acerca del suicidio. Informe¡¡¡  

Invítelo a salir a caminar, a excursiones, al cine y otras actividades. Insista cariñosamente si su invitación es rechazada. Anímelo a participar en algunas actividades que antes le daban placer, tales como pasatiempos favoritos, deportes, actividades religiosas o culturales, pero no lo presione a que haga muchas cosas demasiado pronto. La persona deprimida necesita compañía, pero demasiadas demandas pueden aumentar los sentimientos de fracaso.

No acuse a la persona deprimida de fingir una enfermedad ni de ociosidad, ni espere que se mejore rápidamente. Con el tiempo, y con tratamiento, la mayoría de las personas mejoran. Tenga eso en cuenta, y continúe asegurándole que con el tiempo y con ayuda él se sentirá mejor.

Conclusión

¿Conoce usted un hombre malhumorado, irritable y que no tiene sentido del humor? Quizás bebe en exceso o abusa de sustancias tóxicas, como el alcohol y las drogas. Quizás es física o verbalmente abusivo con su esposa e hijos. Quizás trabaja todo el tiempo, o busca excitación compulsivamente con comportamiento de alto riesgo. O quizás parece que se aísla, es muy reservado y no se interesa en las personas ni en las actividades que antes disfrutaba.

Quizás este hombre es usted. De ser así, es importante entender que hay una enfermedad del cerebro llamada depresión que podría causar estos sentimientos y comportamientos. Es real: los científicos han desarrollado dispositivos sensibles de reproducción de imágenes que nos permiten verla en el cerebro. Y es tratable: más del 80 por ciento de las personas que sufren de depresión responden a los tratamientos existentes, y continuamente aparecen nuevos tratamientos que ayudan a mucha gente. solicite ayuda.

O quizás este hombre es alguien importante para usted. Trate de hablar con él, o con alguien que probablemente él escucharía. Ayúdelo a entender que la depresión es una enfermedad común en los hombres y no debe avergonzarse. Anímelo a ver a su psicólogo con el fin de determinar si tiene depresión.

Para la mayoría de hombres con depresión, la vida no tiene que ser tan oscura y sin esperanza. La vida ya de por sí es difícil y el tratamiento de la depresión puede liberar recursos esenciales para enfrentar los desafíos de la vida de manera eficaz. Cuando un hombre está deprimido, él no es el único que sufre. Su depresión también ensombrece las vidas de sus familiares, sus amigos, y prácticamente todas las personas cercanas. Lograr que inicie un tratamiento puede repercutir en mayor bienestar y esperanza para todas esas personas.

La depresión es una enfermedad verdadera, es tratable y puede manifestarse en los hombres. Hay que tener valor para pedir ayuda, pero el hacerlo puede cambiar las cosas.


Y de pronto uno comienza a tener buenos pensamientos sobre uno mismo, mejora la autoestima, y miras hacia atrás ese camino difícil, fangoso y lleno de tierra que acabas de recorrer y te das cuenta que ahora estás en uno de asfalto suave y dices ‘¡qué viaje tan increíble!’. Todavía falta mucho por recorrer, pero no desearía tomar ese otro camino nunca más’.


2a.gif (18007 bytes)E-mail:
atencionpsicologica.tk@gmail.com
Ps. Rafael  E.  Candel Pozo.
Santiago - Chile
2010


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