Enfermedad inflamatoria pélvica.
Trastorno disfórico premenstrual.
También llamado síndrome premenstrual. Consiste en un trastorno cíclico del estado de ánimo en mujeres que experimentan una serie de síntomas antes de la menstruación. La mayoría de las mujeres experimentan alguna vez síntomas premenstruales, pero sólo llegan a ser intensos en el 10 % de las mujeres y un 4 % cumple los criterios para poder diagnosticar un trastorno disfórico premenstrual (TDP).
Entre los factores más importantes que pueden predisponer a la aparición de este trastorno se encuentran el estrés y las expectativas sociales negativas hacia la menstruación.
El TDP puede iniciarse a cualquier edad, aunque la mayoría de las mujeres suelen buscar ayuda en la década de los 30. Suele desaparecer con la menopausia, aunque a veces persiste un tiempo.
La intensidad de los síntomas varía de un mes a otro en la misma mujer, debido principalmente a cambios en el patrón menstrual y al estrés. Otros factores que pueden influir son el embarazo, la amenorrea, los anticonceptivos orales o la histerectomía. Por lo general, las mujeres con TDP tienen la menopausia a una edad más avanzada y con más síntomas. Los anticonceptivos orales pueden producir en algunos casos síntomas premenstruales moderados o graves.
Las mujeres con trastorno disfórico premenstrual tienen una mayor probabilidad de tener un trastorno psicológico, principalmente depresión. Alrededor del 65 % de mujeres con TDP tienen un trastorno psicológico.
Prevalencia
Entre el 14 y el 45% de las mujeres cumplen algunos criterios para el diagnóstico del TDP. Entre el 3 y el 5 % padecen un trastorno bien definido y entre el 1 y el 7 % padecen un TDP grave. Del 3 al 10 % sufre una interferencia laboral o social grave
Síntomas
-Afectivos: tristeza, ansiedad, ira, labilidad emocional, irritabilidad.
-Dolores: cefalea, dolor en los pechos, dolores músculo- esqueléticos.
-Autónomos: náuseas, palpitaciones, sofocos.
-Balance líquido: ganancia de peso, pesadez, edema, oliguria (orina escasa).
-Cognitivos: disminución de la concentración, indecisión, hipersensibilidad.
-Neurovegetativos: insomnio, hipersomnia, pérdida de apetito, ansias de comida, fatiga, letargia.
-Dermatológicos: acné, pelo seco, pelo graso.
-Conducta: disminución de la motivación, disminución del control de los impulsos, aislamiento social.
Entre los síntomas físicos más frecuentes se encuentran los siguientes: fatiga, cefalea, hinchazón abdominal, hipersensibilidad y turgencia mamaria, acné, dolores articulares, estreñimiento, disminución de las micciones, infecciones vaginales recurrentes por herpes o hongos.
Los síntomas emocionales más frecuentes son la depresión, la ansiedad y la hostilidad o ira (estallidos de ira). Con menor frecuencia, pueden aparecer deseos de aislamiento social, hipersensibilidad al rechazo, crisis de pánico, aumento o disminución de la libido y menor capacidad de concentración.
El 70% de las mujeres experimentan un deseo intenso de dulces en el periodo premenstrual, que suele asociarse a un estado de ánimo depresivo.
Cuando el TDP es muy grave resulta incapacitante y puede generar sentimientos de culpa, frustración, pesimismo, baja autoestima y pérdida de confianza, síntomas similares a los que aparecen en otras enfermedades crónicas severas.
